Salmos 18

El Salmo 18, según la tradición católica de la Biblia, es un salmo de alabanza y acción de gracias. A continuación, te presento el Salmo 18 en su versión católica:

1 Te amo, Señor, mi fortaleza,
2 Señor, mi roca, mi fortaleza y mi liberador;
mi Dios, mi roca en quien me refugio;
mi escudo, mi fuerza de salvación, mi baluarte.
3 Invoco al Señor, digno de ser alabado,
y quedo a salvo de mis enemigos.

4 Me rodearon las olas mortales,
torrentes destructores me atemorizaron.
5 Me envolvieron las ataduras del Abismo,
me tendieron la trampa de la muerte.
6 En mi angustia invoqué al Señor,
clamé a mi Dios.
Desde su templo escuchó mi voz,
mi grito llegó hasta sus oídos.

7 La tierra se estremeció y tembló,
se conmovieron los cimientos de los montes,
se estremecieron porque él se indignó.
8 De su nariz salía humo,
de su boca salían llamas devoradoras,
de su boca salía fuego.
9 Extendió el cielo y descendió,
con densas nubes debajo de sus pies.
10 Montó un querubín y emprendió el vuelo,
surcó las alas del viento.
11 Se ocultó tras la oscuridad,
hizo de su escondite una tienda,
en torno suyo, tinieblas de agua, densos nubarrones.

12 De los resplandores que lo precedían,
se desencadenaron nubes de granizo y relámpagos.
13 El Señor tronó desde el cielo,
el Altísimo alzó su voz.
14 Disparó sus flechas y dispersó a mis enemigos,
lanzó sus rayos y los hizo huir.
15 Se abrieron los abismos del mar,
aparecieron los cimientos de la tierra,
al toque de tu reprensión, Señor,
al soplo de tu nariz.

16 Desde lo alto extendió su mano y me sostuvo,
me sacó de las aguas caudalosas.
17 Me libró del enemigo poderoso,
de los que me aborrecían y eran más fuertes que yo.
18 Me atacaron en el día de mi desgracia,
pero el Señor fue mi apoyo.
19 Me sacó a un lugar espacioso,
me libró porque se agradó de mí.

20 El Señor me recompensó según mi justicia,
me pagó según la limpieza de mis manos,
21 porque seguí los caminos del Señor,
sin apartarme de mi Dios.
22 Todas sus normas estuvieron presentes en mí,
nunca me alejé de sus mandamientos.
23 Fui irreprochable para él
y me mantuve alejado del pecado.
24 El Señor me recompensó según mi justicia,
según la limpieza de mis manos en su presencia.

25 Con el fiel te muestras fiel,
con el íntegro te comportas íntegro;
26 con el puro eres puro,
pero con el perverso te muestras astuto.
27 Tú salvas al pueblo oprimido,
pero humillas a los ojos altivos.
28 Tú, Señor, enciendes mi lámpara;
mi Dios ilumina mi oscuridad.
29 Contigo desbarato a los enemigos,
con mi Dios salto por encima de murallas.

¡Bendito sea Dios, mi salvador!
30 El camino de Dios es perfecto,
la palabra del Señor es pura,
escudo es Dios de cuantos se refugian en él.
31 ¿Quién hay, fuera del Señor,
que nos proteja de los enemigos?
32 Tú me ceñiste de valor
y hiciste que triunfara sobre los que me odian.
33 Abres paso a mis pasos,
y mis pies no vacilan.
34 Persiguió a mis enemigos y los alcanzó,
y no volví hasta acabar con ellos.
35 Los aplasté y no pudieron levantarse,
cayeron a mis pies.

36 Me ceñiste de valor en la batalla
e hiciste que se sometieran mis enemigos.
37 Hiciste huir a mis enemigos,
y acabé con los que me odiaban.
38 Los buscaron, pero no hallaron rescate,
clamaron al Señor, pero no les respondió.
39 Los hice polvo ante el viento,
los arrojé como lodo de las calles.

40 Tú me has librado de las contiendas del pueblo,
me has puesto como cabeza de las naciones,
un pueblo que yo no conocía me sirve,
41 me obedecen en cuanto oyen de mí.
Los extranjeros me adulan,
42 los extranjeros se consumen
y salen temblando de sus fortalezas.

43 Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
ensalzado sea el Dios de mi salvación,
44 el Dios que me hace justicia
y somete los pueblos a mis pies.
45 Tú me libras de mis enemigos,
me exaltas sobre los adversarios,
me salvas de los violentos.

46 Por eso, Señor, te alabaré entre las naciones,
y cantaré salmos a tu nombre.
47 Dios otorga grandes victorias a su rey,
y muestra su amor a su ungido,
a David y a su descendencia para siempre.

¿Cuál es el contenido del Salmo 18 de la Biblia?

El Salmo 18 es un poema de alabanza y acción de gracias que se encuentra en la Biblia. Este salmo es conocido también como «El canto de David en el día en que el Señor lo libró de la mano de todos sus enemigos y de la mano de Saúl».

El Salmo 18 es una de las oraciones más largas de la Biblia, y se divide en dos partes. La primera parte del salmo (versículos 2-19) describe la ayuda de Dios en momentos de peligro y angustia. David, el autor del Salmo, describe cómo Dios lo salvó de sus enemigos y lo libró de la muerte. Él llama a Dios su «roca», su «fortaleza» y su «libertador». En esta parte del Salmo, David también describe la ira de Dios contra sus enemigos y cómo Él los destruyó.

La segunda parte del Salmo (versículos 20-50) es una oración de agradecimiento a Dios por su poder y fidelidad. David alaba a Dios por su justicia y su amor, y le agradece por su protección y ayuda en todo momento. En esta parte del Salmo, David también describe cómo Dios le dio la fuerza y la habilidad para vencer a sus enemigos, y cómo Él lo hizo prosperar en su reinado.

En resumen, el Salmo 18 es un canto de alabanza y agradecimiento a Dios por su poder y fidelidad. En él, David describe cómo Dios lo salvó de sus enemigos y cómo Él le dio la fuerza y la habilidad para vencerlos. El Salmo 18 es un recordatorio de que Dios es nuestra fortaleza y nuestro protector en todo momento.

El Salmo 18 es un himno de alabanza a Dios por su salvación y protección en tiempos de peligro. El salmista, David, describe cómo Dios lo libró de sus enemigos y lo fortaleció en sus batallas.

Algunos de los versículos más destacados del Salmo 18 son:

  • «Te amo, oh Señor, mi fortaleza» (v.1)
  • «Mi roca, mi castillo, mi libertador» (v.2)
  • «A ti clamo, Señor; ¡oh mi roca, no seas sordo a mi clamor!» (v.6)
  • «En mi angustia invoqué al Señor, a mi Dios clamé por ayuda. Desde su templo él oyó mi voz; mi clamor llegó a sus oídos» (v.7)
  • «Él me libró de mi poderoso enemigo, de mis adversarios, que eran más fuertes que yo» (v.17)
  • «En mi angustia invoqué al Señor, clamé a mi Dios por ayuda. Desde su templo él oyó mi voz, mi clamor llegó a sus oídos» (v.6)
  • «Dios mío, tú eres la roca que me protege, el escudo que me salva, mi fortaleza y mi refugio» (v.31)
  • «Tú eres el Dios que me hace fuerte; tú me haces andar por senderos seguros» (v.

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